Mas ¡ay Señora!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Gracejo, y sin el favor de vuestro cuidadoso socorro. Todopoderoso mío, meditando vuestros dolores y los de vuestra Santísima Madre, te https://robertk541umd7.tusblogos.com/profile