Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://bushrazlhr335659.blogginaway.com/39273850/por-qué-el-cabezazo-de-zidane-sigue-siendo-noticia